"Es tiempo de hacer analisis"... penso el doctor mientras me miraba con cara de incredulo, claro lo penso con tal claridad que pude leerlo en sus mirada de erudito cultor de las practicas sanativas. Se puso de pie dejando a la vista su increible estatura y se dirigio al lavamanos que estaba a su derecha. En ese mismo momento tratando de no ser descubierto, me puse de pie y comence a salir sin despedirme, mientras el chorro de agua comenzaba a salir bañando las prominentes manos del facultativo... "Tiendase y acomodese "... Se detubo un instante y reflexionando sobre lo que había dicho repuso; "acomodese y luego recuestese ". Pero yo ya estaba bajando en el ascensor. Esta vez me salvé, no por muy reconocido que sea el medico, por muy recomendable que sea el determinar mi estado de salud, no me dejare auscultar y menos escudriñar por ese medico. Esa era la unica idea que ocupaba mi pensamiento mientras el descensor, hacía su trabajo, ya casi en la calle, logre soltar el aire que retenian mis pulmones, aún no podía dar credito a sus palabras, mucho menos aceptar que esto es normal ni menos que habiendo cumplido más de 40, esto se hacía rutinario. Despues de todo uno tiene dignidad, pudor, ¡que se yo! ¡No me da la gana! ¡ y no se discuta más!
No había alcanzado a caminar media cuadra, cuando en una tienda de antiguedades, en el reflejo de un espejo expuesto, me mire a mi mismo y me detube a hablarme del asunto, despues de todo este asunto es nuestro problema, es decir mio y de mi reflejo. Algunos transeuntes algo intrigados me miraron mientras yo sin ningúna clase de quimico, ni vegetal alucinógeno, estaba hablandole a mi reflejo a travez de la vitrina de la tienda.
Solo me basto una pregunta para saber la respuesta; ¿Porque?; y la respuesta se aparecio en forma de un poco de aire perdido que al hacer uso de mi cavidad bucal, se dejaba ver en toda su dimensión...
Sin animo a seguir en este controvercial estado, des andube los pasos y una vez en la consulta deje que ese medico de estatura portentosa con un par de manos grandes, enguantado de latex, se introdujera en mi boca, para intentar reparar lo que un par de accidentes y mis propios descuidos, durantes varios años, habían literalmente desmantelado.
Sentado en ese sillon, transpire como testigo falso, pero ya paso, el doc. tiene manos enormes pero muy delicadas, Pero una nueva idea se cruzo en mi cabeza; ¿que haré mañana?...
Tengo cita con el Proctologo.
6 comentarios:
¿Y si te queda gustando?
Que pena que un texto tan profundo como este, no lo sepan leer. Y coronado el hecho, con un comentario infantil.
¿Para qué?
Paola.
Gracias, quieren las democraticas cosas de la red, que en sus lianas, deambulen tanto pensantes y eruditos, más entre tiempos se destacan un par de simios que por tanto pensar en bananas, ya no pasan de gentes.
Pero seeran bien venidos, despues de todo un buen comentario es importante, pero uno malo, genera la gran alegria de saber que se puede pensar.
Juan.
PD: Gracias a todos...
Bien gracias dos veces entonces,a quien escribio y a quien no lo hizo...
Juan
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