La Imagen y las Emociones:Muchas son las cosas que nos sensibilizan, quizá más de las que estamos acostumbrados a advertir, claro está que dependerá de cada quien qué es lo que nos sorprende, nos apena, alegra, aqueja, sofoca, divierte, emociona; En fin, lo que nos provoca un cambio de estado del ánimo… Eso me pasó hoy, estaba disfrutando de un partido en la TV abierta mientras me preparaba algo de comer, a mitad de semana y en el mismo horario de las telenovelas (gran logro para un macho Chilensis)
¿Qué duda cabe?… No estaba en mi casa. Cierto es que de haber estado no habría sido en el comedor, sino, en mi pieza y con poco volúmen para no interrumpir la zalagarda de tele cebollones de la tarde. No, estaba en mi lugar de trabajo… (Garantías de la Independencia).
En fin, el asunto es que mientras diestramente le quitaba la cáscara a unos tomates rojos y en su mejor punto de madurez, en la pantalla el Barcelona se pampeaba a otro equipo Español, del que ya olvide hasta el nombre. Primer tiempo, ganaba el Barza 1x0, cuando el Argentino Meci, se mandó la Maradoneada de la tarde y se encajó un gol al mas puro estilo del Pibe de Oro, ese del alarde frente a los Ingleses, en donde toma el balón en mitad de campo y se pasa a varios oponentes incluído el Arquero y le encaja una pepita a los Ingleses, que después del gol de “La Mano de Dios”, si no me equivoco en el mismo partido, no tenían mas que aceptarlo, si bien las Folkland son Inglesas (Porque no las quieren entregar),…¡Dios es Argentino!. Claro, esto no es una patriotada de un Trasandino vanagloriándose de las habilidades de un tipo que juega al fútbol, esta vez fue muy simple. Ví el paseo que Meci se dió con la pelota desde unos 15 metros antes de la línea media en campo propio y luego sacarse a los dos primeros oponentes, para avanzar y dejar a un tercero y cuarto, enfrentar al arquero, sacárselo de encima y aún con la intervención de un sexto jugador, meter la pelota en la red… Pero en mi relato no hay emoción, otro gallo nos cantaría si el que hiciera el relato fuera un comentarista Argentino, como aquel que relataba los partidos de Salas en su época en River, elevándolo a la calidad de deidad Mapuche, porque ellos son graciosos por naturaleza, con frases como, ¿Que hacés?, ¡como te la comés, así!,… ¡La dejó chiquitita!, ¡Mostro, sos un mostro!... ¡No! Esta vez no fue así, esta vez los relatores, eran Chilenos, claro no cualquier relator ni cualquier comentarista. Allí estaban, Solabarrieta y acompañante, cuando ocurrió el gol de Meci y se les vino el mundo abajo, ésta vez Solabarrieta no lloró, pero de que se emocionó, se emocionó… Con datos como, ¡Estamos siendo parte de la historia!, “Yo podré decirle a Nicolás” (Un hijo supongo), “Yo lo relaté”… Pero volviendo a los sentidos, me pregunto, si el sexo se relatara como el fútbol, ¿cómo relataría un Orgasmo?
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