domingo, mayo 25, 2008

La Llamada

Salí del café con una sola idea en la cabeza, esculqué mis bolsillos y por fin encontré la moneda que me daba la chance de volver a oírla. Entonces me di cuenta que no había un teléfono cerca, salí por Lastarría hacia la Alameda, al llegar a la esquina vi los telefonos sobre la vereda sur oriente, pero una vez allí descubrí con esa tan deliciosa sensación de… "¡Por la misma Mierda!"…, que algún vagabundo avispado había trabado el teléfono para quedarse con mi única moneda. ¡Cada quien con sus culpas!, pues me dio mucho miedo de agarrar a tortazos el teléfono, pues allí a menos de 50 metros, un Carabinero de turno fijo parecía no verme, pero si le daba un solo mamporro al aparato, seguro me vería y allí quedaría sin moneda y preso por ofensas a la moral y las buenas costumbres o que se yo que delito . Eso sí antes de irme a mascullar mis rabias me permití echarle unas cuantas chuchadas a quien correspondiera en el auricular, total nadie de los que al pasar me miraban descargar mis energías, podían saber que al otro lado sólo había un ¡TTTTUUUUTTT! ¡TTTTTUUUTTTT !. Ya más alivianado de mis rabias colgué el auricular y justo cuando comenzaba a girar sobre mis talones, el aparato hizo ese dulce sonido de la moneda cayendo en la rendija de la devolución. Con mi preciosa moneda devuelta en el rincón mas seguro de mi bolsillo, salí en busca de otro aparato el cual revisaría pulcramente antes de arriesgar todo mi capital. Volví sobre mis pasos y ya en la vereda nor poniente, recordé que junto al Kiosco de don Jorge, donde el Tani alguna vez me mandara a comprarle el Mercurio en mis días de Auxiliar administrativo, Júnior o Goma (léase según el estrato socio económico que corresponda), había un teléfono publico en una de esas típicas casetas con estilo europeo. Me encamine hacia allí y cuando pasaba frente las vitrinas de la antigua y ya des usada oficina de la Juventud, vi pasar por mi lado una mujer muy alta que me llamó la atención, más por su vestuario que por su inusual altura. Un impermeable como de goma azul, botines con chiporro en la parte alta, una bufanda de lana con pompones en ambas puntas una boina roja como de tanguera bonaerense o de femme fatal francesa, nada extraño si en el momento de pasar a mi lado no hubieran sido las 14:32 horas en un precioso día de Enero. Ella, a paso seguro fue enfilando su andar hacia el mismo destino que el mío y con una ventaja de 20 metros, llegó a la caseta se detuvo, miro en todos los sentido y desde un bolsillo extrajo una mano en la que llevaba uno de esos paños de franela anaranjado, con los que se hace aseo. Y tan grácil como pasó a mi lado, se dio a la tarea de limpiar la cabina por todos sus rincones. Puso especial énfasis en el auricular y al terminar este erótico paso de su tarea, volvió a mirar a todos lados, yo que a esas alturas ya estaba a escasos 5 metros me hice el leso, como que miraba los camiones que estacionados allí, me permitieron la excusa mínima para pasar colado. Ella guardo el limpiador. Desde el mismo bolsillo extrajo una moneda que depositó en la ranura con un dulce gesto de madre que manda a un hijo a la guerra, luego del desgarro, puso el auricular en su oreja y dejó apoyar su costado en la cabina espero unos instantes... Dió un pequeño brinco, como de alegría y luego dijo: "¡Si!... ¡buenas noches!.... ¡Claro!, yo también. ¡Hasta pronto!"... Luego de eso se quedo como estática y al pasar unos segundos como si fuera un robot replicó: "¡Si!... ¡buenas noches!... ¡Claro!, yo también. ¡Hasta pronto!"...
...Y sin más, dejó el auricular colgando y corrió en dirección al cerro.
Ya con la curiosidad convertida en copuchentismo puro, me acerque al auricular lo levanté y al ponerlo en mi oreja puede escuchar:
"BUENAS TARDES... LA HORA EXACTA...14 HORAS 38 MINUTOS...
LA TEMPERATURA, 28 GRADOS, GRACIAS POR LLAMAR".

Para contar sin descontar

"La sola ilusion de que un día caminariamos sobre la luna, hizo que el pequeño hombre quisiera tocar con sus manos la eternidad, pero antes de que el astro inerte estubiera a sus pies, pudo hacer de ella un simbolo y opbjeto de su deseo, tan solo usando la palabra"...

Los cuantos vienen envueltos en distintos formatos, unos como tinta y papel en un libro otros como letra y música en una canción.

Martes de 21:00 a 23:00 horas, Bio Bar, Macul 97 Ñuñoa