El pasillo dejaba ver una profunda hueya.
Cada paso que di, en cada uno de los segundos que ya se contaban por miles.
Alegria de las espectativas puestas en fila, en una presunción de acontesimientos, como fichas de domino, esperando para sucumbir ante la gravedad y dejando correr la emosión, los sentimientos, por el camino de las ganas que no se cumplen.
Cada paso que di, en cada uno de los segundos que ya se contaban por miles.
Alegria de las espectativas puestas en fila, en una presunción de acontesimientos, como fichas de domino, esperando para sucumbir ante la gravedad y dejando correr la emosión, los sentimientos, por el camino de las ganas que no se cumplen.
¡No llegó?, pero el problema no es si llego o no, el problema es saber si en realidad vendría, pues ahora despues de ver cada uno de mis pasos desperdiciados, en el pasillo, me pregunte ¿si en realidad habiamos quedado en algo?... la respuesta fue la misma... ¿Quien sabe?, ¿en una de esas?... En fin!
No vino y aqui quedan las simples hueyas de uno que creyo y sin embargo se queda con las ganas y sin ella.
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