
Tu altanero afan me despercude
y desde la losana tranquilidad de tu silueta,
tus fronteras marmolineas, no son sino una invitación.
Abres los brazos como en un saludo
y sin embargo te se distante.
Te veo lejana sin ese brillo del que quiero ser parte
sin esa dulce ternura de tu sonrisa en mis ojos
tan lejos como si no estubieras.
Me dejas aqui sin irte a ningun lugar
ausente de ti, aunque te tenga en frente,
como un sueño del que despierto,
para seguir soñandote.