¿Que hay detrás de su mirada?
La vi venir y quede tan enfocado que si no me doy cuenta… Disimule y seguí con mi rutina sin reglas, ella allí, yo por acá y este espacio intermedio jugando un rol de abismo.
Tendí mi mano y como cruel red o mortaja, su beso quedo instalado en las riveras de mi verbo, jugando a hacer de la noche un refugio y de los momentos, nuestros momentos un pedazo de eternidad, tan breve que la sed se deposito en ambos y sedientos de nosotros mismos nos quedamos a la espera de encontrarnos y volver a encontrarnos y reiterar el encuentro.
Deambulo por el recuerdo y siento que nunca debimos dejar la frontera de la desnudez, nunca mi brazo tendría que haber viajado vacío de su abrazo. Tanto das ternura y quitas tanto al despedirte.
Desprendes la delgada capa que cubría mis humores y me quedo a ciegas cubierto por la niebla de las rutinas y cotidianidades, las mismas que me sacaron de su sombra placentera y me han dejado a la deriva en mi propio mar de certezas.
La gigantesca luna que se asoma a divertir incautos, me miro esta noche y sonrió sin brillo… Me deje llevar por su circular redondez y en una danza donde se fraguaron tu recuerdo y mi cuerpo , me quedo solo a bailar mis cuentos, a bailar mis risas, a bailar mi soledad en un tango para uno, tan sólo para mi.
La vi venir y quede tan enfocado que si no me doy cuenta… Disimule y seguí con mi rutina sin reglas, ella allí, yo por acá y este espacio intermedio jugando un rol de abismo.
Tendí mi mano y como cruel red o mortaja, su beso quedo instalado en las riveras de mi verbo, jugando a hacer de la noche un refugio y de los momentos, nuestros momentos un pedazo de eternidad, tan breve que la sed se deposito en ambos y sedientos de nosotros mismos nos quedamos a la espera de encontrarnos y volver a encontrarnos y reiterar el encuentro.
Deambulo por el recuerdo y siento que nunca debimos dejar la frontera de la desnudez, nunca mi brazo tendría que haber viajado vacío de su abrazo. Tanto das ternura y quitas tanto al despedirte.
Desprendes la delgada capa que cubría mis humores y me quedo a ciegas cubierto por la niebla de las rutinas y cotidianidades, las mismas que me sacaron de su sombra placentera y me han dejado a la deriva en mi propio mar de certezas.
La gigantesca luna que se asoma a divertir incautos, me miro esta noche y sonrió sin brillo… Me deje llevar por su circular redondez y en una danza donde se fraguaron tu recuerdo y mi cuerpo , me quedo solo a bailar mis cuentos, a bailar mis risas, a bailar mi soledad en un tango para uno, tan sólo para mi.
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